Probablemente la mayor responsabilidad actual de la ética aplicada es hacerse cargo de las grandes dificultades teórico-prácticas generadas con el incipiente desarrollo de las nuevas tecnologías de biomejora. Dificultades más allá de las preferencias individuales, viéndose involucradas cuestiones en torno a nuestra comprensión de la justicia distributiva. La identificación de dos hechos importantes nos da la clave para orientar el debate. Por un lado, las situaciones de partida tan arbitrarias que proporciona la lotería natual con relación a las oportunidades de bienestar individual. Por otro, la posibilidad de realizar una mejora cognitiva, de aquellos más desafortunados en su configuración genética, que incidirá en la amplificación de tales oportunidades.