En este texto trato la relación entre el mal, la facultad de pensar y la facultad de juzgar. Acorde con Arendt, todos los hombres cuentan con las facultades de pensar y juzgar, y en el uso de dichas facultades habría un carácter preventivo frente al mal. Si todos los hombres cuentan con la posibilidad de pensar y juzgar ¿por qué algunos hombres hacen el mal teniendo la posibilidad de prevenirlo?  En primer lugar, el uso de estas facultades no se da necesariamente. En segundo lugar, incluso quien tiene conciencia moral podría realizar el mal. En tercer lugar, aunque la manifestación del juicio moral podría originar la acción, ésta es ilimitada e impredecible y por ello no es posible determinar que efectivamente prevendría el mal. Por estas tres razones, la tesis que propongo es que no hay algo que condicione suficientemente a los hombres de modo que no puedan hacer el mal.